Soy de los que piensa, como bien dijo Henri Cartier Bresson (1908-2004), que "fotografiar es poner la cabeza, el ojo y el corazón en el mismo punto de mira".
Jan Garbarek, excelentemente acompañado por músicos de la talla de Manu Katché (batería), Rainer Brüninghaus (teclado) y Eberhard Weber (bajo), interpreta el temazo que lleva por título "Mission: To Be Where I Am".
Si sucumben a la tentación de acercarse al monitor cuando amplíen la foto de las fresas, les prevengo: la babilla deja marca.
Hay obras teatrales, literarias, pictóricas, escultóricas, manisfestaciones artísticas variadas que, como el tema musical que hoy presento, "Dust in the wind - Polvo en el viento", eclipsan a sus autores. Ya ocurrió algo parecido, allá por 1605, cuando Don Quijote escribió El Cervantes.
En el año 1970, el la ciudad de Topeka (Kansas-EE.UU), el bajista Dave Hope, el percusionista Phil Ehart y el guitarrista Kerry Livgren, fundan la banda White Clover. Justo antes de cambiar de nombre a la banda, se les unió el cantante y teclista Steve Walsh, el violinista Robert Steinhardt y el guitarrista Richard Williams (perdió su ojo derecho en un accidente con fuegos artificiales cuando era un niño). White Clover pasó a denominarse Kansas.
En el año 1977 publican el álbum "Point Of Know Return" y ahí está su pasaporte a la gloria: "Dust in the wind - Polvo en el viento".
El tema, triste, viene a decirnos algo así como que no somos nada.
Hoy, cuarenta y un años después de su fundación, el grupo sigue en activo, y de gira (el próximo 3 de mayo actúan en Salamanca-New York; lo digo por si se animan...), con Phil Ehart ocupándose de la batería, Billy Greer del bajo, Dave Ragsdale del violín; Steve Walsh pone la voz y se ocupa de los teclados y, cómo no, Richard Williams de la guitarra.
"Dust in the wind ", todo un clásico que, así pasen cien años, seguirá sonando y cautivando a generaciones venideras.
Una panorámica de esta misma mañana, hecha a no sé exactamente qué hora, pero hecha en esa hora en la que parece que sí, pero no; en esa hora mágica, entre la noche y el día: La Hora azul.
Pennies from heaven - Dinero caído del cielo, es una canción escrita en el año 1936 por Arthur Johnston (música) y Johnny Burke (letra). Billie Holiday la grabó ese mismo año.
Susie Arioli la trae hoy a este espacio acompañada por las guitarras de Jordan Officer y Michael Jerome Browne y por el contrabajo de Shane MacKenzie. Su inseparable tarola también la acompaña.
Yo aprovecho para dejarles cuatro de mis fotografías.
"Fragile" es un tema compuesto por Sting y que en esta ocasión interpreta acompañado por tres músicos de lujo: Chris Botti, Dominic Miller y Yo-YoMa; trompeta, guitarra y chelo de primera, casi nada...
Una arquería, un surfista, un club náutico y una gaviota que navega entre destellos, las cuatro de hoy.
"Summertime" es una nana compuesta por George Gershwin como aria para la ópera "Porgy and Bess" en 1935.
Gershwin comenzo a escribir este tema en el mes de diciembre de 1933 corriendo la letra a cargo de su hermano Ira, así como de DuBose y Dorothy Heyward.
"Shadow of your smile - La sombra de tu sonrisa", también conocido como tema de amor de la película Castillos en la arena, es una canción compuesta por Johnny Mandel y Paul Francis Webster (música y letra respectivamente) .
La película de Vicente Minnelli, protagonizada por Elizabeth Taylor y Richard Burton en el año 1965, contó con este tema en su banda sonora. El solo de trompeta, a cargo de Jack Sheldon, fue merecedor del Oscar a la mejor canción original.
Barbra Streisand, Andy Williams, Frank Sinatra, Nancy Sinatra, Sarah Vaughan, Astrud Gilberto y el malogrado Marvin Gaye (murió la víspera de su 45 cumpleaños a manos de su padre, de dos disparos), han hecho versiones de este tema .
El trompetista Chris Botti y el saxofonista Dave Koz también se han animado con Shadow of your smile, que llega a este espacio en la voz de Alison Burns, magistralmente acompañada a la guitarra por Martin Taylor.
Tres fotos recientes acompañan a esta entrada; son pruebas de una nueva lente, un lujo.
El término bokeh (del japonés ぼけ) significa desenfoque.
Cuando en una fotografía pretendemos que nada distraiga la atención sobre lo que, para nosotros tiene importancia, necesitamos desenfocar todo menos el motivo sobre el queremos llamar la atención del espectador.
Un buen bokeh no va ligado a la cantidad de desenfoque, sino a su calidad, a cómo es. Cuando conseguimos que la zona desenfocada lo constituyan una serie de manchas suaves de color, decimos que es un buen bokeh.
Las características que determinan que con un determinado objetivo se consiga un bokeh agradable a la vista, no están todavía del todo claras. Hay quienes apuntan al número de láminas del diafragma, pero esto en sí mismo no garantiza un buen bokeh. Lo que sí suele guardar relación directa con la calidad del bokeh que se consigue con un objetivo, es el precio de éste, para desgracia del aficionado.
En general, los objetivos zoom tienden a producir un mal bokeh aunque no es siempre el caso. Para obtener un bokeh agradable es especialmente importante que el objetivo a utilizar sea muy luminoso y que la apertura con la que trabajemos sea la máxima posible, para de este modo reducir la profundidad de campo.
Nótese que en ningún momento he hablado de primeros planos y de fondos. No siempre tiene que ser el fondo el que aparezca desenfocado. En la fotografía del caballo es justamente al revés de lo que se ve habitualmente; las ramas de un árbol, situado en primer plano, es el lugar de la fotografía en donde se produce el desenfoque, el bokeh.
Keith Jarret interpreta "Monalisa" (Ray Evans y Jay Livingston)
Quiero dedicar mi aportación de hoy, día en que se cumplen trece años de su muerte a la edad de cuarenta y tres años, víctima de cáncer de páncreas, a Nick Webb.
Junto con Simon James, en el afortunadamente lejano año de 1981, fundó el extraordinario grupo de SmoothJazz "Acoustic Alchemy".
Webb, en el centro, lleva el peso de la interpretación del tema "Casino".
El tema que hoy presento, "Picture in a frame", fue compuesto por el californiano Thomas Alan Waits (Tom Waits). La presento en la voz de Liane Carrol y la acompaño de más blanco y negro; esta vez, siete.
Manu Katché es un fantástico percusionista francés nacido en Saint-Maur-des-Fossés el día 27 de octubre de 1958. De chaval estudió ballet y con siete años ya tocaba el piano. Es a los trece cuando comienza con la batería. Su fama, como batería de sesión en París, llamó la atención de Tony Levin, bajista de Peter Gabriel. A partir de ese momento, este rey de baquetas y tambores, se cotiza siempre al alza en el panorama musical de calidad.
Manu Katché es, en mi opinión, uno de los grandes percusionistas de la historia de la música, junto con Steve Gaad, Phil Collins, Stewar Copeland, Carl Palmer o Charlie Watts
Los trabajos de grandes compositores como Sting, Joni Mitchell, Jan Garbarek y Peter Gabriel, llevan la impronta de Manu Katché.
De la época de colaboración con Peter Gabriel es este tema de hoy en el que participan, además de Gabriel y Katché, el también extraordinario Tony Levin (bajo), David Rhodes (guitarra), Jean-Claude Naimro (teclados), Shankar (violin) y, por si esto fuera poco, Paula Cole con su aterciopelada voz. Se lo pasan en grande.
Cuatro fotografías en blanco y negro acompañan a Katché, dejando para otro día las magníficas colaboraciones con el noruego Jan Garbarek (saxo) y con los checos Marcin Wasilewski (piano) y Tomasz Stanko (trompeta).